Desde aproximadamente la década de los 40, la ciencia
ficción ha imaginado de muchas formas la aventura de viajar a un asteroide o un
planeta para extraer su recursos minerales. Pero no contaban con un adelanto
técnico que podría permitir saber qué hay exactamente bajo la superficie de un
mundo. Y no hablamos solamente de minerales, también de la existencia de
elementos esenciales para albergar vida. ¿Cómo? La clave está en el campo
magnético y sus anomalías.
"El Proyecto del Mapa Mundial de Anomalías Magnéticas,
aunque es una idea antigua, no pudo comenzar a implementarse hasta 2003",
explica Manuel Catalán Morollón, responsable del grupo de geomagnetismo
perteneciente a la Sección de Geofísica del Real Instituto y Observatorio de la
Armada (INSOB), quien presentó recientemente estas investigaciones en unas
jornadas organizadas por el Instituto Tecnológico de Matemática Industrial,
ubicado en Santiago de Compostela.
La primera versión del mapa se publicó en 2007 por la
Comisión para el Mapa Geológico del Mundo con
apoyo de la Unesco. Por primera vez, fue posible localizar con una precisión
inaudita anomalías magnéticas tanto sobre los continentes como bajo los
océanos. Desde entonces, dice Catalán Morollón, "el proyecto ha continuado
progresando y se han incorporado más de 40 nuevas fuentes de datos", entre
ellas, una oceánica, de el 70% de la superficie de nuestro planeta, que
contiene "una precisión y resolución espacial sin precedentes".
Aplicar estos datos
Pero, pese a todos estos logros en el conocimiento de
nuestro planeta, el proyecto va más allá de la investigación básica. Los
resultados permiten considerar "la distribución de las masas continentales
a lo largo de los últimos 200 o 250 millones de años, y poder apuntar, con una
seguridad que no habíamos sido capaces de alcanzar hasta el momento, cómo se
encontraban orientadas cuando solo existía un único bloque continental",
dice este capitán de fragata y doctor en ciencias físicas. Estos datos pueden,
además, apuntar a la existencia de recursos minerales "en áreas donde,
debido a su localización remota, no es posible realizar prospecciones",
dice Catalán Morollón.
Pero no es la única función de un mapa de anomalías
magnéticas. Catalán Morollón mencionó en estas jornadas otro estudio,
"actualmente muy avanzado, que podría permitir en un futuro detectar la
presencia de tectónica de placas, un elemento esencial para la presencia de un
clima y, por tanto, para albergar vida" en planetas más allá del Sistema
Solar sin necesidad de posicionarse sobre su superficie, "simplemente
mediante la obtención de su mapa de anomalías magnéticas".
Proyecto empresarial
La aproximación es compartida por un número creciente de
empresas, especialmente en Estados Unidos. La que más cerca está de conseguirlo
es Planetary Resources, un ambicioso proyecto financiado por Larry Page y Eric
Schmidt (de Google) y Richard Branson, y asesorado por antiguos astronautas,
profesores del MIT e incluso el cineasta James Cameron.
La compañía americana tiene previsto lanzar un telescopio
espacial, llamado "Arkyd", dentro de siete meses para el que han
reunido más de un millón de dólares mediante "crowdfunding".
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