Desde que la Unión Soviética lanzara el Sputnik en 1957,
hemos ensuciado el espacio alrededor de nuestro planeta con desechos de
satélites y naves espaciales. En total, hay unas 20.000 piezas de basura
espacial de más de diez centímetros de longitud en la órbita de la Tierra, a
las que hay que sumar medio millón de un centímetro y decenas de millones de
fragmentos más pequeños que dan vueltas sin ningún control.
En el siguiente vídeo se puede visualizar cómo se han ido acumulando resíduos tras el paso de los años.
Los científicos creen que la cantidad de residuos provenientes
de vehículos de lanzamiento, objetos caídos de satélites, o sueltos por
colisiones no deseadas, ya ha alcanzado un valor crítico, y que en el futuro
pueden producirse una cascada de colisiones. Un peligro para los artefactos en
órbita y especialmente para las misiones tripuladas, ya que un sencillo
tornillo suelto puede viajar a una velocidad endiablada en el espacio y
destrozar una nave. Para evitarlo, la NASA y otros organismos han creado
protocolos para reducir al mínimo la generación de nuevos residuos y existen
diferentes iniciativas para desarrollar cazadores de basura provistos de
brazos, redes y arpones.
Visualización de la basura espacial en 2015
En el siguiente vídeo se puede visualizar cómo se han ido acumulando resíduos tras el paso de los años.
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