domingo, 22 de noviembre de 2015

LA VERDADERA INFLUENCIA DE LA LUNA SOBRE NOSOTROS.

Más allá de los mitos, el satélite de la Tierra es en verdad único, y ejerce una extraordinaria fuerza sobre nosotros.
La subida y bajada de las mareas, su papel en el inicio de la vida terrestre y cómo marca el ritmo y hasta la estabilidad del mundo son algunos de los asombrosos poderes de la Luna.
Tiene el tamaño exacto y la distancia perfecta para ser la compañera ideal de nuestro planeta.
Pero no siempre estuvo allí, tal como explica Maggie Aderin-Pocock, científica y presentadora de televisión.
Su historia está estrechamente ligada a la de la Tierra. Es más, sin ella, probablemente no9 estaríamos aquí.
Te contaremos por qué:

LAS MAREAS

La Luna, dirige las mareas con su fuerza de gravedad.
Como explican las leyes de la física, cuánto más cerca están dos objetos, mayor es la fuerza con la que se atraen entre sí, y eso es lo que ocurre entre nuestro planeta y su satélite.
Pero las mareas que tenemos se deben a que la Luna está donde está, si se encontrara a menor distancia, las mareas serían mucho más bajar y las altas llegarían a tapar las ciudades costeras.
Cuando la >Luna recién se había formado, se encontraba 20 veces más cerca de lo que se encuentra actualmente, y eso provocaba mareas que serían capaces de sumergir por completo ciudades como Londres o Nueva York.


EL ORIGEN DE LA VIDA

Hace 4.500 millones de años, un planeta del tamaño de Marte colisionó con la joven Tierra, y el choque lanzó una enorme cantidad de roca líquida alrededor.
Ese choque creó las Luna y cambió la química básica de nuestro planeta: se formó el llamado caldo de la vida, con hidrógeno, nitrógeno y carbono.
Pero aún pasaron otros 700 millones de años tras aquel impacto: la Tierra se enfrió, se formó una superficie rocosa, el vapor de agua se condensó en los océanos, y la Luna empujó esos océanos.

Fue precisamente este reflujo de mareas primitivas el que dio el puntapié inicial a la vida.
Sutherland sugiera que las primeras moléculas orgánicas se crearon a partir de estos químicos naturales.
Para demostrar su teoría, el científico hizo experimentos en la playa: mezcló aquellos elementos primitivos y los calentó con lus ultravioleta.
Así recreó las condiciones de las charcas que deja la marea al retirarse, que se calienta con la luz de el Sol.

Como resultado, obtuvo elementos de ácido ribonucleico ARN, los bloques esenciales de la vida.
En esas charcas cálidas creadas por las mareas, dice Sutherland, nació la vida hace 3.800 millones de años.
Y por eso hay que darle las gracias a la Luna.

CICLO VITAL

Los hombres antiguos reverenciaban la Luna y muchas culturas crearon a su alrededor leyendas, como la del hombre lobo.
Algunos creen que la luna llena nos altera, incluso que en esas noches hay más crímenes, en lo que se ha dado a llamar efecto Transilvania.
Sin embargo, esto es la algo que la ciencia no ha podido comprobar.
Pero sí es cierto que muchos animales se vuelven más activos, sonoros y fértiles cuando brilla la Luna llena.
Los corales tropicales, por ejemplo, sincronizan su ciclo reproductivo y una noche de luna llena desovan todos a la vez.
Cada 21 días con la luna llena, los corales generan una capa ósea sobre la anterior y este crecimiento está dictado por la órbita mensual de la Luna.

RITMO Y ESTABILIDAD

La Luna rota cada 29 días, el mismo tiempo que tarda en orbitar alrededor de la Tierra y por eso nos muestra siempre la misma cara.
La Tierra, en cambio, lo hace cada 24 horas, pero hubo un tiempo en el que la Tierra giraba tan rápido que un día duraba 5 horas.
La Luna, sin embargo, actuó como freno. Desde su formación y durante miles de millones de años la fuerza gravitacional de la Luna ralentizó la rotación de la Tierra.
 Y así, el mismo ritmo del planeta ha sido marcado por su satélite.
Y si la Tierra se ha ralentizado, la Luna como consecuencia se ha acelerado.
Y eso quiere decir que se está alejando. exactamente 3.78cm por año. La misma velocidad a la que nos crecen las uñas.
Eso, en el larguísimo plazo de miles de millones de años, hará que la tierra gire más lentamente: habrá, entonces, días mucho más largos.
Y esto afectará la estabilidad del planeta.
Desde la colisión que creó la Luna, el eje de la Tierra ha estado inclinado, girando a un ángulo contante de 23 grados, lo que permite las variaciones de la luz del Sol y las estaciones, la estabilidad del clima, y por tanto el ciclo de la vida.
Esta estabilidad depende de la velocidad de rotación del planeta, tal como se puede comprobar haciendo girar una pelota de baloncesto sobre un dedo: cuanto más rápido gira, con mayor estabilidad se mantiene en su eje.
Cuando la Luna se aleje, el eje terrestre se desestabilizará y comenzará a oscilar, tanto que los polos podrían bajar hasta el Ecuador y el Ecuador ocupar la posición de los polos.
Eso volverá el planeta inhabitable tal como lo conocemos ahora.
Por eso, dicen los científicos, la Luna es un elemento fundamental para mantener la vida en la Tierra.
Y un último detalle para los curiosos: la Luna es 400 veces más pequeña que el Sol, pero está 400 veces más cerca.
Pero por un efecto óptico parecen en el cielo del mismo tamaño. Por eso son posibles fenómenos como los eclipses.
Información tomada de: BBC

1 comentario:

  1. Hola chicos...
    !Enhorabuena por vuestro blog! Está genial.
    Como se nota que sois defensores de la divulgación y de la corrección en los datos, os indico un pequeño detalle a añadir:
    El planeta al que os referís en el momento de formación de la Luna se denomina Theia (en griego Θεια) , también escrito Thea, Thia Tea, Tía o Teia)
    Su nombre deriva de la mitología griega, para referirse a la Titánide de la visión Euryphaessa (Ευρυφαεσσα), que dotaba al oro, la plata y las gemas con su brillo y valor intrínseco..

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